18 abr 2015

La importancia de la Educación Financiera.

Salomón Raydán
Así como los tsunamis son previsibles y la gente puede prepararse, las recesiones también. Hay que saber leer las pistas para reaccionar a tiempo
El hecho que la educación financiera está muy de moda últimamente puede ser algo verdaderamente positivo y bueno para las familias, para el país y para el mundo. Los efectos de la falta de educación financiera los podemos experimentar desde lo individual, desde lo nacional y desde la globalidad. 
Resulta incomprensible cómo un aspecto de la mayor importancia, absolutamente central en la vida de los estados, las empresas y los individuos, como es la educación financiera, haya sido delegada a manos de las élites, supuestamente informadas y expertas, supervisadas por otras instituciones teóricamente especializadas, que manejan a su completo antojo este elemento tan central de nuestras vidas.

Nuestra posición es que existe una carencia (posiblemente intencional) de educación financiera, basada en la creencia de que las finanzas son especialmente complejas. De allí el empeño, en nuestros años de trabajo de educar en comunidades pobres donde llevamos a cabo nuestra labor, el manejo de finanzas para el desarrollo de una institución financiera local (los Bankomunales), esto nos han mostrado que con un pequeño esfuerzo podemos simplificar estos conceptos y transferirlos de tal manera que contribuyan a mejorar la ejecutoria económica, tanto a nivel individual como de la sociedad. 
La crisis financiera que actualmente atravesamos no es más que una, entre cientos que ocurren prácticamente cada año en el mundo. En su interesante libro “El Triunfo del Dinero” de Niall Ferguson, nos muestra un estudio donde se evidencia que, desde 1870 hasta nuestros días, han ocurrido unas 148 crisis financieras mayores, y por mayores se refiere a aquellas que han bajado el PIB de un país, al menos en 10%. 
Habla de crisis que han sido causantes de la bancarrota de millones de personas. Si uno revisa la historia de la economía y las finanzas mundiales, se da cuenta que las crisis no son hechos esporádicos y aislados, sino más bien hechos permanentes y casi que cotidianos. 
El surgimiento de estas crisis recurrentes es posible porque siempre existe un grupo de "expertos" en los cuales se tiene confianza y otro grupo de inexpertos, que confían en los expertos. 
Todas las crisis financieras tienen como elemento común "disfrazar" la realidad a través de artilugios técnicos, que de alguna u otra forma, engañan al público, a las empresas y a los Estados con sus entes reguladores. 
Revisar la historia de las finanzas es prácticamente encontrarse a cada momento con el mismo fenómeno: "Expertos y pendejos que confían en los expertos". 
Ahora bien, ¿qué significa entonces en este ámbito educarse financieramente? Lo primero y básico es tener noción de la historia de las finanzas y de sus constantes crisis. Es importante divulgar tales hechos de modo que la sociedad entienda que la economía y las finanzas no son ninguna máquina bien aceitada que los expertos saben manejar, sino más bien caballos salvajes que responden a variables subjetivas y que no siempre se puede conocer hacia dónde se dirigen. 
El otro aspecto importante, por supuesto, es asegurarnos que la confianza sea "educada", es decir, que no sea ciega, pues la historia nos dice que ante tales fenómenos no es posible ser "tan expertos", y además, los expertos tienen su propia agenda de intereses. En la reciente crisis de las hipotecas, también llamada crisis Ninja, se presentaron todos los elementos clásicos. En primer lugar, un "bum económico" al cual no se le puede encontrar una verdadera explicación en lo productivo, sino en lo especulativo. 
En segundo lugar, una serie de expertos que de la nada comenzaron a empaquetar hipotecas y ofrecer bonos de altos rendimientos, algo que al menos debía resultar sospechoso; y en tercer lugar, una serie de empresas expertas calificadoras que contribuyeron al gran engaño. 
Así como cada día se hace mayor empeño en preparar a la población para catástrofes naturales tales como terremotos, huracanes tsunamis, etcétera, todos debemos estarlo para reconocer esta otra clase de amenazas. 
Así como la posible aparición de estos fenómenos naturales es de alguna manera previsible, o por lo menos nos puede encontrar preparados, las crisis financieras también los son. Un buen inicio es entender que así como los terremotos ocurren, las crisis financieras también.

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